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"Estudiar, trabajar y luchar por la Revolución y el Socialismo"

Cuba denuncia campaña en su contra

Los camaradas del Partido Comunista Cuba publican una esclarecedora carta denunciando la campaña de desprestigio que se ha desatado contra la Revolución cubana tras lo sucedido con el ya fallecido preso comun Orlando Zapta, campaña que tiene sus promotores en los Estados Unidos y el bloque de la Unión Europea y a la que se suman los medios de prensa serviles a los interesés del capital.


Sábado 20 de marzo de 2010
Con el pretexto de la muerte de un ser humano, sentenciado por delitos comunes, y convertido en “preso de conciencia” por obra y gracia de los dólares estadounidenses, Cuba está siendo vilmente atacada.
La muerte de Orlando Zapata Tamayo fue lamentable y evitable, pero la responsabilidad no podrá caer nunca en quienes hicieron todo lo posible por salvarlo durante casi tres meses: los médicos cubanos formados por la Revolución. Los victimarios, los que pudieron evitarla, son aquellos que lo instigaron al suicidio y se beneficiaron con su muerte. Aquellos que hoy se regocijan, sonríen cínicamente y usan su nombre para atacar al pueblo cubano.
La Revolución cubana desde los primeros momentos de la lucha insurreccional contra la dictadura de Fulgencio Batista está marcada por un inobjetable comportamiento ético y de respeto por la vida humana, actitud probada con hechos y reconocida por políticos e intelectuales de todas las orientaciones ideológicas.

Nunca fue torturado un prisionero, nunca dejó de atenderse a un combatiente enemigo herido. Esas fueron armas que posibilitaron también la victoria. Un comportamiento distinto no hubiera diferenciado a los revolucionarios de sus enemigos y socavaría la confianza que el pueblo depositó desde el primer momento en su nueva vanguardia.
Los 51 años de Gobierno Revolucionario, legitimado por su conducta intachable en defensa del ser humano y sus causas más nobles, y respaldado por procesos electorales propios donde el pueblo se siente verdaderamente protagonista, prueban también que sería imposible para la Revolución sobrevivir un minuto si franqueara la frontera que la distingue, si traicionara su historia y si olvidara sus principios más puros de humanismo y solidaridad.
Miles de médicos, maestros, constructores y profesionales cubanos han entregado hasta sus vidas por llevar la salud, las letras y el bienestar a otros pueblos hermanos y han experimentado el placer de servir al prójimo sean cual sean las circunstancias y a pesar de las carencias propias. Esas actitudes, esa entrega sin límites, es fruto de la obra magnánima y pura de la Revolución.
Acusar a la Revolución cubana por la muerte de Orlando Zapata Tamayo es una gran mentira. Escudarse en la muerte de un ser humano empujado al suicidio para agredir a un pueblo noble y solidario es un gran cinismo y una cobardía, sobre todo de aquellos conversos que rumian su incapacidad para mantenerse firmes al lado de una Revolución inhiesta que jamás traicionará los dictados de su pueblo.
El Departamento de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Cuba rechaza las declaraciones impúdicas que emanan de Europa y Estados Unidos, cuyos representantes cerraron sus ojos ante los crímenes de lesa humanidad ocurridos en Abu Grahib, ante las torturas en la ilegal Base de Guantánamo, ante los vuelos secretos de la CIA y ante las muertes diarias de miles de nacionales e inmigrantes, niños y adultos, en sus calles y prisiones.
El Departamento de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Cuba denuncia el bochornoso complot entre el gran capital, sus representantes políticos y sus súbditos medios de comunicación que tratan de engañar a la opinión pública, tergiversan la verdad y construyen una realidad inexistente y apela a la decencia de las fuerzas políticas del mundo para contrarrestar la campaña mediática que intenta, nuevamente, mellar la solidez y la moral de Cuba en el campo de los derechos humanos.
Plegarse a la condena a Cuba y cuestionar su historial, soslayando nuestros argumentos, los verdaderos, solo contribuirá a la campaña manipuladora que persigue destruir la Revolución.

El Pueblo de Cuba seguirá construyendo una sociedad más justa y solidaria, y continuará, a pesar del bloqueo económico y mediático y de los ataques de Estados Unidos y la Unión Europea, colaborando con el bienestar de millones de seres humanos en el mundo, guiados por las ideas del Apóstol de nuestra independencia quien nos enseñó que para ser fuertes hay que comprometerse con la verdad. Cuba es sincera. Cuba es invencible.

Departamento de Relaciones Internacionales PCC
Marzo 2010

SOBRE EL SOCIALISMO EN UN SOLO PAIS

Carta de Ivanov al camarada Stalin

Al Camarada Stalin de parte de Ivanov, propagandista titular del Comité de Sector de la Juventud Comunista Leninista de la URSS en Manturov (región de Kursk).
Estimado camarada Stalin,

Le ruego encarecidamente de aclararme la siguiente cuestión:

Aquí donde me encuentro, así como en el Comité regional de la Juventud Comunista, existen dos maneras de concebir la victoria definitiva del socialismo en nuestro país, o más bien se confunde el primer grupo de contradicciones con el segundo. En las obras de usted sobre el destino del socialismo en la Unión Soviética se habla de dos grupos de contradicciones: las internas y las externas. En cuanto al primer grupo de contradicciones está claro que las hemos resuelto: el socialismo en el interior del país ha triunfado.

Quisiera tener una respuesta acerca del segundo grupo de contradicciones, es decir, las que existen entre el país del socialismo y los países capitalistas. Usted señala que la victoria definitiva del socialismo significa la solución de las contradicciones externas, la completa garantía contra la intervención, y por consecuencia, contra la instauración del capitalismo. Sin embargo, este grupo de contradicciones puede ser resulto solamente mediante los esfuerzos de los obreros de todos los países.

También el camarada Lenin nos enseñaba que “se puede vencer definitivamente sólo a escala mundial, sólo mediante los esfuerzos unidos de los obreros de todos los países”.

En el curso de propagandistas titulares en el Comité regional de la Juventud Comunista de la URSS yo dije, basándome en las obras suyas, que la victoria del socialismo puede ser definitiva solamente a escala mundial; pero los militantes del Comité regional, Urogenko (primer secretario del Comité regional de la Juventud Comunista) y Kazelkcov (instructor de propaganda) califican mi intervención de “salida trotskista”.

Les mostré las citas de sus obras sobre esta cuestión pero Urogenko me dijo que cerrara el libro, afirmando que “eso lo decía el compañero Stalin en 1926, pero ahora estamos en el 1938; que en aquel momento no teníamos todavía la victoria definitiva, mientras ahora sí la tenemos, que no se trata de estar pensando ahora en la intervención y en la restauración”. Además me dice: “Nosotros tenemos ahora la victoria definitiva del socialismo y tenemos la total garantía contra la intervención y contra la restauración del capitalismo”. De esta forma me han considerado cómplice del trotskismo, me han sacado del trabajo de propaganda y han puesto en cuestionamiento mi permanencia en la Juventud Comunista.

Le ruego, camarada Stalin, que me explique si tenemos la victoria definitiva del socialismo o si todavía no la tenemos. ¿Puede ser que yo no haya encontrado la documentación de actualidad complementaria sobre esta cuestión en relación a algún cambio reciente?

Yo considero que la declaración de Urogenko es antibolchevique, sosteniendo que las obras de Stalin sobre esta cuestión ya están un poco envejecidas. ¿Puede ser que los militantes del Comité regional hayan tenido razón en considerarme trotskista? Esto me molesta mucho y me ofende.

Le ruego, camarada Stalin, que se permita responderme a esta dirección:

Iván Filippovich Ivanov,

Soviet de la aldea Pervi Zassiem, Distrito de Manturov, Región de Kursk. 18-1-38 Firmado: Ivanov.



Carta de Stalin al camarada Ivanov.


Al camarada Iván Filippovic Ivanov,

La razón la tiene usted desde luego y son sus adversarios ideológicos, es decir los camaradas Urogenko y Kazelkov, quienes se han equivocado. Y esto por qué. Está fuera de dudas de que la cuestión de la victoria del socialismo en un solo país, es este caso el nuestro, tiene dos aspectos diferentes.

El primer aspecto de la cuestión de la victoria del socialismo en nuestro país abarca el problema de las relaciones entre las clases en el interior del país. Esto es en el campo de las relaciones internas. ¿Puede la clase obrera de nuestro país superar las contradicciones con nuestros campesinos y establecer con ellos una alianza, una colaboración? ¿Puede la clase obrera de nuestro país, en alianza con los campesinos, derrotar a la burguesía de nuestro país, arrebatarle la tierra, las oficinas, las minas, etc., y construir una sociedad socialista completa?

Estos son los problemas ligados al primer aspecto de la cuestión de la victoria del socialismo en nuestro país.

El leninismo responde a estas preguntas afirmativamente.

Lenin enseña que “nosotros tenemos todo lo necesario para la edificación de una sociedad socialista completa”. Nosotros podemos y debemos por lo tanto, con nuestras propias fuerzas, vencer nuestra burguesía y construir la sociedad socialista. Trotski, Zinoviev, Kamenev y caballeros similares, que se convirtieron más tarde en espías y agentes del fascismo, negaban la posibilidad de edificar el socialismo en nuestro país sin que antes la revolución socialista haya vencido en los otros países, en los países capitalistas. Estos caballeros, en sustancia, querían reconducir nuestro país hacia atrás en la vía del desarrollo burgués, cubriendo su apostasía con falsos argumentos sobre la “victoria de la revolución” en otros países. Ha sido precisamente sobre este punto en el que se han desarrollado las discusiones en nuestro partido durante estos días. La sucesiva marcha del desarrollo de nuestro país ha demostrado que el Partido tenía razón, y que Trotski y compañía estaban equivocados.

De hecho, mientras tanto, hemos sido capaces de liquidar nuestra burguesía, de establecer una colaboración fraternal con los campesinos y construir, en lo esencial, la sociedad socialista, aunque la revolución socialista no haya vencido en los otros países. Esto es lo que respecta en cuanto al primer aspecto de la cuestión de la victoria del socialismo en nuestro país.

Yo pienso, camarada Ivanov, que su controversia con los camaradas Urogenko y Kazelkov no se refiera a este aspecto de la cuestión.

El segundo aspecto sobre la cuestión de la victoria del socialismo en nuestro país abarca el problema de las relaciones de nuestro país con los otros países, con los países capitalistas, el problema de las relaciones de la clase obrera de nuestro país con la burguesía de los otros países. Esto se da en el campo de las relaciones exteriores internacionales.

¿Puede el socialismo en un país que está rodeado por potentes países capitalistas considerarse completamente libre del peligro de una invasión armada (intervención) y, por consecuencia, del intento de restauración del capitalismo en nuestro país? ¿Pueden nuestra clase obrera y nuestros campesinos con sus propias fuerzas, sin una ayuda seria de la clase obrera en los países capitalistas, vencer la burguesía de los otros países, así como han vencido la propia burguesía? En otras palabras: ¿se puede considerar la victoria del socialismo en nuestro país definitiva, es decir, libre del peligro de una agresión militar y de intentos de restauración del capitalismo, mientras la victoria del socialismo existe en un solo país y mientras continúe existiendo el asedio capitalista?

Estos son los problemas que se asocian al segundo aspecto de la cuestión de la victoria del socialismo en nuestro país. El leninismo responde a estos problemas negativamente. El leninismo enseña que la victoria definitiva del socialismo en el sentido de una plena garantía contra la restauración de las relaciones burguesas es posible solamente a escala internacional (ver la conocida resolución de la 14ª conferencia del Partido Comunista de la URSS). Eso significa que la ayuda comprometida del proletariado internacional es esa fuerza sin la cual no se puede resolver el problema de la victoria definitiva del socialismo en un solo país. Esto no significa naturalmente que nosotros debamos quedarnos con los brazos cruzados esperando una ayuda desde fuera. Al contario, la ayuda del proletariado internacional debe ser conjunta con nuestro trabajo en el fortalecimiento del Ejército Rojo y de la Flota Roja para la movilización de todo el país en la lucha contra la agresión militar en los intentos de restauración de las relaciones burguesas.

Aquí tenemos lo que dice Lenin a propósito:

“Nosotros vivimos no solamente en un Estado, sino en un sistema de Estados, y la existencia de la República Soviética al lado de los otros Estados imperialistas por un período de tiempo no es concebible. Al final, el uno o el otro vencerá. Esto significa que la clase dominante, el proletariado, si quiere dominar y dominará, debe demostrarlo, también con su organización militar” (tomo 24 pág, 122, Ed. en ruso).

Y más adelante:

“Nosotros estamos rodeados de hombres, de clases, de gobiernos que declaran abiertamente su odio contra nosotros. Nosotros tenemos que recordar que estamos siempre a un pelo de una invasión” (tomo 27, pág. 117).

Esto está dicho con agudeza y con fuerza, pero también honestamente y llanamente, sin adornos, como sabía hablar Lenin.

Sobre la base de estas premisas, en las Cuestiones del Leninismo de Stalin se dice:
“La victoria definitiva del Socialismo es la plena garantía contra los intentos de intervención, y por lo tanto de restauración, ya que un intento de restauración puede tener lugar solamente con un serio apoyo desde afuera, solo con el apoyo del capital internacional. Por eso, el sostén de nuestra revolución por parte de los obreros de todos los países, y con mayor razón el triunfo de estos obreros, aunque solo sea en unos cuantos países, es la condición necesaria para la plena garantía del primer paso victorioso contra los intentos de intervención y de restauración, la condición necesaria para la victoria definitiva del Socialismo” (Cuestiones del Leninismo, 1937, pág. 134).

En realidad sería ridículo y tonto cerrar los ojos sobre el hecho del asedio capitalista y pensar que nuestros enemigos externos, por ejemplo los fascistas, no buscarán la ocasión de llevar a cabo una agresión armada contra la URSS. Pueden pensar así solamente los ciegos fanfarrones y los enemigos escondidos, que quieren adormecer al pueblo. No sería menos ridículo negar que en el caso de que una intervención militar tenga un mínimo de éxito, los intervencionistas tratarían en las zonas ocupadas por ellos de destruir el régimen soviético y de restaurar el régimen burgués. ¿Acaso Denikin y Kolchak no restauraron el régimen burgués en las zonas que ocuparon? ¿En qué son mejores los fascistas que Denikin y Kolchak? Negar el peligro de una intervención militar y los intentos de restauración mientras exista un cerco capitalista, solo lo pueden hacer los enredadores y los enemigos escondidos que quieren esconder con fanfarronerías la propia hostilidad o que tratan de desmovilizar al pueblo. ¿Pero es posible considerar la victoria del socialismo en un solo país definitiva si este país tiene alrededor un cerco capitalista y que ésta esté garantizada plenamente contra la amenaza de una intervención y de restauración? Está claro que no es posible.

Esta es la situación con respecto a la cuestión de la victoria del socialismo en un solo país.

Se deduce que esta cuestión contiene dos problemas diferentes:

a) el problema de las relaciones internas de nuestro país, o sea, el problema de la victoria sobre nuestra burguesía y la edificación del socialismo integral; b) el problema de las relaciones externas de nuestro país, o sea, el problema de la plena garantía de nuestro país contra los peligros de una intervención militar y de restauración.

El primer problema ya ha sido resuelto, ya que nuestra burguesía se ha liquidado y el socialismo se ha ya edificado esencialmente. A esto lo llamamos victoria del socialismo o, más exactamente, victoria de la edificación socialista en un solo país. Nosotros podríamos decir que nuestra victoria es definitiva si nuestro país estuviera en una isla y si alrededor de él no hubiera numerosos países, países capitalistas. Y debido a que no vivimos en una isla sino en un “sistema de estados” del cual una parte considerable es hostil al país del socialismo, creando así el peligro de una intervención y una restauración, nosotros decimos que abiertamente y honestamente que la victoria del socialismo en nuestro país no es todavía definitiva. De aquí se deduce que el segundo problema no está todavía resuelto y que hará falta resolverlo. Más aún: no es posible resolver el segundo problema de la misma forma en el cual se ha resuelto el primer problema, o sea, mediante los esfuerzos únicos de nuestro país.

El segundo problema se puede resolver mediante la unión de los esfuerzos serios del proletariado internacional con los esfuerzos todavía más serios de todo nuestro pueblo soviético. Es necesario afianzar y consolidar los lazos proletarios internacionales de la clase obrera de la URSS con la clase obrera de los países burgueses, es necesario organizar la ayuda política de la clase obrera de los países burgueses a la clase obrera de nuestro país en caso de una agresión militar contra nuestro país, así como es necesario organizar cualquier tipo de ayuda de la clase obrera de nuestro país a la clase obrera de los países burgueses; se necesita reforzar y consolidar con todos los medios nuestro Ejército Rojo, nuestra Flota Roja, nuestra Aviación Roja, nuestra Sociedad de apoyo a la defensa aeroquímica. Se necesita que todo nuestro pueblo esté en estado de movilización para que esté listo a hacer frente al peligro de una agresión militar, para que “ninguna casualidad” y ninguna maniobra de nuestros enemigos externos nos puedan agarrar por sorpresa.

De su carta resulta que el camarada Urogenko tiene otro punto de vista, no del todo leninista. Él, de hecho, afirma que “nosotros tenemos ahora la victoria definitiva del socialismo y tenemos la plena garantía contra la intervención y contra la restauración del capitalismo”. Que no le quepa la duda de que el camarada Urogenko está completamente equivocado. Una afirmación semejante como la del camarada Urogenko solamente se puede explicar con la incomprensión de la realidad que nos rodea y con la ignorancia de los principios elementales del leninismo, o bien con la estéril jactancia de un joven burócrata enamorado de su persona. ¿Si realmente “tenemos la plena garantía contra la restauración del capitalismo” tenemos necesidad de un potente Ejército Rojo, de una Aviación Roja, de una potente Sociedad de apoyo de la defensa aeroquímica, del afianzamiento y de la consolidación de los lazos proletarios internacionales? ¿No sería mejor utilizar los billones que gastamos en fortalecer el Ejército Rojo en otros objetivos y reducir al mínimo el Ejército Rojo o incluso disolverlo totalmente? Personas como el camarada Urogenko a pesar de que subjetivamente están entregados a nuestra causa, objetivamente son peligrosos para nuestra causa, ya que con su jactancia, voluntariamente o involuntariamente (es lo mismo) adormecen a nuestro pueblo, desmovilizan los obreros y los campesinos y ayudan a los enemigos a agarrarnos por sorpresa en el caso de complicaciones internacionales.

En cuanto al hecho, camarada Ivanov, que por lo que parece “lo han sacado del trabajo de propaganda y le han puesto la cuestión de su permanencia en la Juventud Comunista” no se debe preocupar. Si los hombres del Comité regional de la Juventud Comunista quieren realmente parecerse al suboficial Priscibeiev, el conocido personaje de Chejov, podemos estar seguros que perderán. En nuestro país los Priscibeiev no gustan.

Ahora puede juzgar si ha envejecido el conocido fragmento del libro “Cuestiones del leninismo”, a propósito de la victoria del socialismo en un solo país. Quisiera yo mismo que envejeciera, para que en el mundo no hubiera cosas tan desagradables como el cerco capitalista, el peligro de una agresión armada, el peligro de la restauración del capitalismo, y otras por el estilo. Pero desgraciadamente estas cosas desagradables continúan existiendo.

12-2-1938 STALIN

Nota: Publicado en italiano en 1945 por el periódico L’Unità del Partido Comunista Italiano.


Errores básicos del sistema cubano
9 Marzo 2010

Bien pudiera haber señalado algunos otros, pero destaco los que a mi juicio resultan más importantes, comparados con los aciertos de nuestra democracia en España. Es un lamentable error, por ejemplo:

1.- Que el pueblo elija directa y libremente a sus representantes en el Parlamento. En una democracia que se precie de tal, la sociedad debe ignorarlo todo acerca de los aspirantes a diputados. Los diversos colectivos políticos formados por abogados, economistas y

empresarios que integran un partido, podrían recibir todo el apoyo mediático y monetario posible, si promovieran un régimen de corte capitalista. La izquierda cercana a la ideología comunista debe ser aniquilada de forma estratégica, para que sus representantes sean simplemente un adorno con el que justificar la libertad de pensamiento. El bipartidismo de derechas es la meta final en un régimen democrático.

2.- Que los Jefes de las Fuerzas Armadas tengan una clara extracción humilde, con un salario equiparable a cualquier profesional de la salud o la educación, cuando lo democrático es que provengan de castas, linajes, familias y colectivos de la nobleza, y sus prebendas estén a la altura de su vivienda, vestimenta y necesidades varias. El Jefe Supremo, en una democracia, deberá percibir, como mínimo, 9.000.000 de euros anuales, para asegurar su buena presencia.

3.- Que las prisiones sirvan realmente para la readaptación social del condenado, apoyando a este en los estudios o trabajo que quisiera efectuar dentro del recinto, cuando lo más democrático es que sean centros donde algunos funcionarios puedan proporcionar a estos su dosis diaria de droga, negándoles la aplicación de determinadas normas de la Ley Penitenciaria (sobre todo las referentes a la reducción de pena por el trabajo por salud quebradiza), para que los allí encerrados sigan delinquiendo, o cayeran víctimas de cáncer, del AIDS o infecciones masivas.

4.- Que la sociedad sea un ejemplo de cultura, serenidad, solidaridad y responsabilidad colectiva, cuando lo más democrático es que sea inculta, agresiva, desconfiada y desencantada de cualquier meta, en la que la moralidad y la ética constituyan elementos sustanciales a la hora de participar en tareas colectivas.

5.- Que las familias sigan unidas emocionalmente a pesar de sus diferencias políticas, cuando lo realmente democrático es confiar en que se maten unos a otros, con la ayuda inestimable de los medios de comunicación y las fuerzas de seguridad, que deben amparar ante todo a los ciudadanos de ideología fascista.

6.- Que la universidad (como la salud) sea gratuita y de libre acceso, cuando lo más necesario y democrático es implantar un sistema como el llamado Bolonia, para que las carreras de humanidades desaparezcan de forma paulatina, dejando a los propios empresarios la inmensa y patriótica de decidir qué estudiantes y qué asignaturas deben ser protegidos, para satisfacer al mercado laboral, promoviendo contratos en los que la obsoleta indemnización quede suprimida.

7.- Que las Fuerzas del Orden tengan prohibido terminantemente ejercer cualquier tipo de violencia contra la ciudadanía, cuando lo realmente democrático es detener a todo aquel que abra la boca, sometiéndole a brutales palizas, con todo tipo de objetos contundentes, sean niños, mujeres, jóvenes o ancianos, para posteriormente ser torturados en los centros de detención, al objeto de recabar información, que será siempre tildada de “enormemente aclaatoria”. Se eliminará tal posibilidad cuando el detenido se confesara adepto al franquismo, al Rey, a los principios de la Falange o al Real Madrid..

8.- Que se permita jugar en las aceras de las calles, bajo la luz de una farola, una partida de ajedrez o dominó, cuando lo democrático es impedir que las personas utilicen esos espacios ciudadanos para su solaz y entretenimiento, obligándoles a abandonar el lugar, siendo primero golpeados y mas tarde multados por ello. De la misma forma, en una verdadera democracia, se aplicarán castigos ejemplares a quienes canten en la vía pública a partir de las 10 de la noche.

9.- Que esté prohibido el desalojo de una familia de su vivienda en casos de morosidad, cuando lo democrático es expulsar del piso o apartamento a todos los miembros de una familia, dejándoles con los enseres en plena calle y urgiéndoles para que abandonen el lugar con todos los muebles, so pena de someterles a la lógica mano de hostias. No se les facilitará otra alternativa que dormir al raso.

10.- Que ante la solicitud para que un ciudadano muestre su carné de identidad a la autoridad, tal demanda se hiciere de forma educada, cuando lo más democrático es colocar contra la pared al inquirido, abrirle las piernas, registrarle los bolsillos, insultarle sobre su condición u origen, amenazando en todo momento su integridad física, sea o no sospechoso, porque en una democracia todo ciudadano debe ser considerado un terrorista en potencia, hasta que se demuestre, tras la pertinente paliza, lo contrario.

11.- Que la interrupción del embarazo sea libre y gratuita en cualquier caso, siempre que la portadora del embrión lo desee. En una democracia representativa como la española, esa posibilidad debe ser relegada hasta el año 2139.

12.- Que se mantenga, a pesar del bloqueo y los desastres naturales, un equilibrio en los precios de los alimentos básicos y el salario, sabiendo que las condiciones del embargo impiden satisfacer otro tipo de viandas, cuando en la democracia verdadera se revisan al alza hasta dos veces y tres al año no sólo el precio del pan, la leche o el arroz, sino igualmente los del gas, el agua, la electricidad y el servicio telefónico.

13.- Que ante la aparición de fenómenos como seísmos, huracanes, ciclones e inundaciones, se tenga ante todo en cuenta la vida de las personas y su atención alimentaria y médica, cuando lo verdaderamente útil y democrático es que el ejército se dedique a proteger los comercios y centros privados, deteniendo a todo aquel que, en una clara opción delictiva, roba un paquete de leche o una barra de pan.

14.- Que haya muerto un delincuente común tras una larga huelga de hambre, habiéndole prestado todo tipo de ayuda médica, cuando lo democrático es permitir que se suicide de forma más rápida, como ocurre diariamente en EEUU, Rumania, Polonia, Albania, Colombia, México, Panamá, Guatemala, Honduras, El Salvador, Chile, Argentina, Brasil, etc., facilitando navajas, cuchillos o útiles como cuerdas y maromas a los presos de confianza, para que estos se los entreguen a quienes desean pasar a mejor vida. El número de suicidios en las prisiones democráticas de los países aludidos es ejemplar, ya que oscila entre 35 y 200 al año, lo que evita que los finados pudieran volver a delinquir.

15.- Que la prensa esté en poder de los profesionales, cuando lo democrático es que los empresarios que dirigen lobbys en esa área, aunque defiendan un mismo sistema económico como es el exitoso capitalismo, dirijan a la sociedad y a los partidos políticos, informando de lo que creen debe ser la verdad, aunque ésta no sea tal. La democracia debe afirmar su compromiso con la pluralidad ideológica para garantizar libertad de expresión de todos, menos los de la izquierda, peligroso sector que debe ser sometido a continuos ataques, para evitar que detente radios, prensa y emisoras de televisión.

16.- Que el igualitarismo no sustituya nunca, por injusto e ineficaz, a la verdadera igualdad de la ciudadanía ante los derechos fundamentales del hombre, cuando lo más democrático es considerar que, por encima de todo, los partidos políticos son el cimiento de una sociedad en paz, aunque haya que invadir militarmente países ajenos. Una verdadera constitución democrática debe referirse a todos los derechos, aunque no se pueda cumplir la mayor parte de los referidos a trabajo, educación, vivienda y libertad de expresión, por razones muy largas de explicar. Una autoridad realmente democrática deberá suprimir el derecho a la asistencia letrada en el momento en que se practique una detención, ya que la aplicación del habeas corpus (que se debe permitir cuando el acusado sea una persona de solvencia económica y social), ralentiza gravemente la posibilidad de que las Fuerzas de Seguridad obtengan, aunque sea bajo tratos degradantes, una información necesaria.

17.- Que la televisión sea un medio sin publicidad comercial alguna, dotada de una programación variada, donde se asegure un sano entretenimiento y divulgación cultural, evitando la utilización de lenguaje violento, cuando lo democrático en ese medio es la potenciación de la agresividad, creando espacios donde se desaten las más bajas pasiones e instintos, que son los que más altos beneficios producen al empresario.

18.- Que la libertad condicional se aplique en todos los casos que contempla la ley, independientemente de las posibilidades económicas del condenado, cuando lo más ajustado a un régimen democrático es liberar a aquellas personas que pueden abonar altas cifras, lo que demuestra a las autoridades judiciales la solvencia moral del procesado, su clase social, su inteligencia y su compromiso consigo mismo y su familia.

Resumiendo, un verdadero demócrata como el terrorista Luis Posada Carriles, responsable confeso de la voladura de un DC-8 de Cubana de Aviación, el 6 de octubre de 1976, en el que murieron 178 personas inocentes, es detenido y luego amparado, protegido y puesto en libertad por los jueces norteamericanos; los mismos que condenaron hace ya más de dos lustros, a penas de 30 años y cadena perpetua, a cinco cubanos antiterroristas que informaron puntualmente a las autoridades de USA, sobre las actividades armadas de la Mafia cubano-americana de Florida.

Un verdadero sistema representativo, como la monarquía española, jamás condenará el genocidio y los crímenes de otro demócrata ejemplar, como fue Francisco Franco, y defenderá como necesaria la violencia en sesión continua, ejercida contra todos los terroristas que se niegan a aceptar la victoria final del capitalismo sobre el socialismo real, sobre todo si son de origen árabe o vasco.

La democracia, hoy perfeccionada militarmente por el capitalismo, es el régimen idóneo, insustituible, la mejor forma de solucionar los problemas e ilusiones de un empresario que sólo anhela proporcionar trabajo indigno y mal remunerado a un ciudadano.


Tomado de: CUBADEBATE